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El Vaso Medio Lleno

5 lecciones que aprendí del fracaso

Cuando era adolescente, hace muchos años atrás donde no existía la electricidad ni carros, mi mamá se preguntaba “¿qué voy a hacer con este chico de 440 voltios?” Se refería a mí, por supuesto. Ella me amaba y me sigue amando, pero necesitaba que volviera a casa con mi tanque de energía completamente vacío.

En su sabiduría, ella decidió invitarme a hacer deportes. No uno, ni dos, ni tres, sino cuatro de ellos: béisbol, fútbol, lucha olímpica y atletismo. Pero aquí entre nos, les confieso que no dure mucho en la lucha olímpica porque me mandaron a corta el pelo y en la época de los 70’s tener el pelo largo era parte de la moda y decidí que no me lo cortaría. Hubo días en los que practiqué varios de esos deportes y llegué a casa completamente agotado. Pero de todos ellos me enamoré del Atletismo y decidí enfocar toda mi energía para ser competitivo en ese deporte.

Fui bendecido con un gran entrenador que creyó en mí, me animó a dar lo mejor de mí, a hacer siempre un esfuerzo adicional y fue muy honesto. Él estableció metas y expectativas muy altas para mí, pero al mismo tiempo me anima porque veía mi potencial de alcanzarlas. ¡Una de ellas, era romper el récord de la carrera de 1000m y lo logramos!

Romper el récord fue un gran logro y ganar competencias aumentó mi confianza. Sin embargo, las lecciones más grandes que aprendí y atesoré vinieron cuando no pude lograr la meta. Cuando fracase.

Mencioné que mi entrenador fue muy honesto. Cada vez que perdía una carrera clave se realizaba una reunión con él. Revisamos la carrera una y otra vez observando cada metro para determinar qué sucedió, qué salió mal, por qué la carrera no salió como se esperaba y qué necesitaba mejorar. Luego, el plan de entrenamiento era ajustados, cambiado con estrategias y tácticas claves para hacerme más fuerte y aumentar mis posibilidades de ganar. Y en muchos casos me resiste a los cambios propuestos.

Me gustaría compartir con ustedes 5 lecciones que atesoro de mi experiencia con el
deporte, que llevo a ver lado positivo del fracaso y abrazar el cambio

  1. Ser perseverante. El rendimiento se basa en la perseverancia. El rendimiento no se logra en un día, y en la cultura de satisfacción inmediate en la que vivimos esto no es agradable decirlo. Sin embargo, es con constancia y dedicación que podemos alcanzar el rendimiento optimo.
  2. No rendirse. Las dificultades se presentarán, pero rendirse es una elección. La vida no es una carrera de 100 metros se parece más a un maratón. Y en cualquier aspecto de ella, lo personal, familiar, profesional vamos a sufrir reveses, y son esos reveses lo que nos preparan el escenario para que alcancemos nuestras metas. Así que no te rindas, tu meta o metas pueden estar más cerca de lo que piensas.
  3. Ser humilde. La humildad nos permite ser agradecidos, ver nuestros talentos y debilidades, valorar a otros y pedir ayuda. Nos invita a superarnos cada día, a no ser demasiado duro con nosotros mismos y trae bienestar.
  4. Actitud positiva. Tener una actitud positiva nos ayudará a enfrentar los desafíos, el stress y nos permitirá avanzar con entusiasmo y divertirnos mientras nos movemos hacia nuestras metas.
  5. Salir de la zona de confort nos presenta un mundo de oportunidades que antes no veíamos que requieren de nuestro esfuerzo para alcanzar el éxito. No alcanzaremos nuestro máximo potencial sin esfuerzo, y sin salir de la zona de confort.

Estas lecciones que aprendí como atleta fueron claves para llegar a ser un executivo exitoso en compañías multinacionales. Recuerdo cuando forme parte de una compañía multinacional de confitería donde hicimos el lanzamiento de un nuevo producto a nivel global que no era parte del ADN de la compañía.

Sin embargo, como habíamos establecido un récord de crecimiento en ventas nos permitieron hacerlo. A pesar, de haber seguido rigorosamente el proceso de investigación, creación y promoción del nuevo producto sufrimos muchos reveses debido a una agresiva competencia de la compañía líder es esa categoría. En ese momento pudimos haber detenido el proyecto y regresar a nuestra de confort.

Sin embargo, decidimos regresar a la mesa de trabajo con todo lo que habíamos aprendido de este fracaso y establecimos un plan de re-lanzamiento que incluyo entre otras cosas, cambios en la línea producción, que impactaron los costos positivamente, pruebas de mercado y reposicionamiento de la marca. Todo esto permitió que el producto estuviese en el mercado por muchos años, incrementando su participación en la categoría y en las ganancias para la compañía.

En resumen, aprendí a ver el lado positivo del fracaso, a GANAR cuando PERDIA. Aprendí que el cambio traía grandes oportunidades. Aprendí abrazar el cambio y darle la bienvenida.

¿Estas frente a un cambio? ¿Has fracasado y no tienes ganar de seguir? Te invito a regresar a la mesa de trabajo, a reflexionar sobre lo que te ha ocurrido y aprender lecciones que podrás atesorar toda la vida y ayudarán a impulsarte a nuevos rumbos. ¡No te rindas, lo mejor todavía está por venir!

Te invito a seguirme en IG @javierodoardi y subscribirte al podcast Aviva La Llama disponible en Spotify, Apple Podcast and Youtube Music

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